Son
la carta de presentación de la vivienda y a la vez mantienen la privacidad de
la misma, los recibidores se han convertido en estancias independientes en las
que la armonía y la estética se combinan con la funcionalidad. A pesar de no
disponer siempre de grandes dimensiones, han dejado de ser simples zonas de
paso para convertirse en un espacio de gran importancia dentro de la vivienda,
antes era un lugar que atendía a las necesidades básicas como dejar las llaves,
la correspondencia o colgar el abrigo, ahora se concibe como un espacio
independiente, donde estética y funcionalidad van de la mano.
Dado
que es la primera habitación que se contempla al entrar, resulta imprescindible
que los elementos estén bien pensados y organizados, hay que evitar que se
convierta en un cúmulo de abrigos y sus líneas deben de ir en consonancia con
el resto de la estética de la casa.
En
las viviendas con suficientes metros cuadrados, el vestíbulo cuenta con entidad
propia, de manera que no cumple más función que la de distribuir los recorridos
por la vivienda desde su acceso, en este caso estará casi desnudo de
complementos y la decoración será mínima.
Por
su funcionalidad, los armarios, los estantes y los diversos contenedores, se
convierten en el mobiliario más utilizado. También los muebles de tipología
ligera tipo consolas son piezas que se suelen utilizar.
Sin
embargo en los pisos actuales, por motivos de espacio se suele optar por dar
una continuidad visual, integrando el recibidor en el salón, así se prescinde
de las separaciones tradicionales y como mucho se distinguen los espacios por
medio de alguna estantería o mueble bajo.
Como
norma general los recibidores no suelen recibir luz natural, ni disponer de
demasiados metros cuadrados, por este motivo, los colores claros, los espejos y
el resto de elementos decorativos son la clave para ampliar visualmente el
espacio, pero hay que utilizarlos de manera adecuada para que el espacio no se
convierta en un lugar abigarrado.
En
cuanto a la iluminación las luces indirectas son una alternativa bien resuelta,
más allá de la necesidad funcional el hecho de combinar diferentes
iluminaciones que interactúen entre sí, como luz natural, focos y lámparas de
pie, consiguen efectos muy variados y satisfactorios para este tipo de
estancias.
Los
complementos son importantes, y en el mercado existen una amplia variedad de
ellos ligados a este espacio, además de los consabidos paragüeros y percheros,
podemos incorporar alfombras o butacas y sillas que le imprimirán una
personalidad propia.
Tengamos
en cuenta que no todos los recibidores presentan las mismas características,
además del estilo hay que tener en cuenta su tamaño, su función y su
orientación, con que otros espacios comunican y si son interiores o exteriores.
Las casas que disfrutan de jardín pueden aprovechar esta cercanía para vincular
ambos espacios creando cierta continuidad entre ellos por medio por ejemplo de
la unificación de pavimentos. Cuando la estancia deba convivir con una escalera
se requiere de unas intervenciones decorativas muy controladas ya que con frecuencia
la esta se convierte en una pieza de gran potencia formal.
Recordemos que la sencillez compositiva resulta siempre un recurso eficaz.